La gestión de la sanidad animal
Los animales, al igual que las personas, pueden enfermarse a pesar de contar con un buen manejo, y requieren entonces el cuidado por parte del veterinario y del ganadero. La reducción de las infecciones también es importante para reducir el sufrimiento de los animales, además de para mejorar la seguridad alimentaria y la producción. La buena cría, la bioseguridad y la higiene son las piedras angulares para proteger la salud y el bienestar de los animales en las granjas europeas.
El ganadero gestiona la sanidad animal en colaboración con un veterinario y otros expertos. La sanidad animal comienza con la selección de individuos, donde el ganadero busca rasgos como la longevidad, la robustez, la eficiencia en el uso de recursos, y el impacto ambiental. Después, continúa con un plan de manejo que incluye conceptos como medidas de bioseguridad, alojamiento adecuado, buena higiene, nutrición adecuada, monitorización regular de la salud y el bienestar, incluida la vacunación cuando se aconseje y el tratamiento de enfermedades cuando sea necesario.
El uso de la vacunación para prevenir enfermedades, junto con una buena higiene en la granja, planes sanitarios colectivos de todo el grupo, y una buena nutrición, son los primeros pasos para reducir la aparición de enfermedades infecciosas. Los ganaderos se adhieren al concepto de que siempre es mejor prevenir que curar. El uso de herramientas de diagnóstico y otras tecnologías innovadoras como la monitorización digital también puede ayudar con la detección temprana de enfermedades y ayudar a respaldar una gestión de la salud más específica.
La cría de animales es crucial para mejorar el bienestar animal al mismo tiempo que se abordan los problemas críticos de la seguridad alimentaria y la salud pública, la calidad del producto, y la preservación de la diversidad genética. Por ejemplo, la mejora genética de cerdos, aves y peces durante los últimos 30 años, junto con la ciencia de la nutrición animal, ha permitido una mejora significativa en la tasa de conversión alimenticia sin afectar el bienestar animal. Los animales de granja se han vuelto más eficientes en convertir el alimento en un producto animal, lo que significa que los ganaderos necesitan ahora menos alimento para su rebaño para obtener los mismos o incluso mejores resultados. Esto significa una ganancia económica para el ganadero, pero también tiene una ventaja ambiental debido a una menor producción de estiércol y, por lo tanto, una menor excreción de nitrógeno. Menos necesidad de alimentos también se considera un uso eficiente de los recursos, lo que constituye una parte integral de la sostenibilidad.