No hay evidencia de que los ganaderos en las grandes granjas tengan otra visión del bienestar animal que los que trabajan en granjas pequeñas. Dependiendo de lo que implica el bienestar, es más probable que en las granjas pequeñas los animales tengan acceso a espacios al aire libre, y algunas personas valoran este aspecto al hablar de bienestar animal, pero no hay evidencia que indique que la cría en el interior de instalaciones suponga tener menores condiciones de bienestar. 

Lo que sí se puede decir de las granjas grandes es que dichos sistemas de producción tienen más probabilidades de implantar procedimientos operativos estándar basados en la ciencia, proporcionar formación a sus empleados y utilizar tecnología para rastrear y monitorizar a los animales e implantar cambios con coste económico para mejorar el bienestar. 

Un estudio de 2016 con el título «Farm Size and Animal Welfare» (las dimensiones de las granjas y el bienestar animal) sugiere que los esfuerzos a nivel normativo y de defensa animal para reducir las dimensiones de las granjas estarían mejor aprovechados si se dedicaran a mejorar el bienestar animal en granjas tanto grandes como pequeñas.

Frazer et al (2016), “Farm Size and Animal Welfare”, Journal of Animal Science