Son muchos los consumidores que conceden valor a las estrategias de etiquetado reguladas por la Unión Europea (por ej. productos ecológicos, sello denominación de Origen Protegida -DOP-, datos nutricionales). El etiquetado es un recurso importante para los consumidores, ya que les proporciona información rápida sobre un producto o proceso de transformación. El consumo de productos con un etiquetado específico y el papel que esto puede tener para mejorar el bienestar del ganado han sido objeto de atención en la formulación de políticas. 

¿Todas las etiquetas son iguales? 

La mayoría de las pruebas locales y nacionales sobre el etiquetado indicativo del bienestar animal tienden a ser binarios, indicando únicamente si un producto ha sido producido utilizando prácticas de bienestar animal o no. Pero existen muchas cualidades intermedias que un etiquetado binario no puede transmitir, y por tanto estos experimentos han resultado ser un fracaso en el mercado, y algo que los ganaderos prefieren evitar. En este sentido, los experimentos con el etiquetado de múltiples niveles son más prometedores, ya que pueden reflejar distintas normas de proceso de forma explícita. Será necesario realizar más pruebas para valorar la reacción de los consumidores y la comprensión de estos sistemas.

Por otro lado, muchos sellos de calidad ya establecidos tienen en cuenta las condiciones de bienestar animal en sus especificaciones, incluyendo aspectos como el transporte y las condiciones de sacrificio.  

¿Cuál sería el objetivo de un etiquetado de bienestar animal a nivel europeo?

Si nos basamos en ejemplos ya existentes en el mercado europeo de algunos países miembros, el objetivo del etiquetado del bienestar animal sería el de informar al consumidor sobre aquellos productos que reúnan más condiciones de las que establece la normativa.

En España, el sector de la producción animal ha creado el sello “compromiso bienestar animal”. Es una iniciativa pionera a nivel mundial que refleja el compromiso del sector español con el cumplimiento de los más altos estándares de bienestar del ganado. Este sello, impulsado por ASICI, INTERCUN, INTEROVIC, INTERPORC, PROPOLLO y PROVACUNO, ofrece un valor añadido a los productos cárnicos ante los consumidores

Cada Interprofesional cuenta con su propio Reglamento Técnico adaptado a la realidad productiva de cada especie en los que se fijan requisitos más exigentes que las normativas europea y nacional en relación a cada uno de los cinco principios de bienestar animal establecidos por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE): animales libres de hambre, sed y desnutrición; libres de miedos y angustias; libres de incomodidades físicas o térmicas; libres de dolor, lesiones o enfermedades; y libres para expresar las pautas propias de comportamiento. Para garantizar el cumplimiento de las exigencias requeridas, se realizan auditorías en las instalaciones ganaderas, en las operaciones de carga, transporte y descarga, y en las empresas cárnicas que procesan y elaboran productos para su comercialización final, lo que permite cubrir todas las fases, tanto las ganaderas como las industriales.

El objetivo de la iniciativa es armonizar la certificación en bienestar animal de forma que el consumidor pueda reconocer un único sello -similar, pero con ligeros cambios y diferentes colores según la especie- que garantice las buenas prácticas en esta materia a lo largo de todo el proceso de vida del animal.

De esta forma, el sector español se anticipa a las crecientes demandas de los consumidores en cuanto a una producción respetuosa con el bienestar animal y contribuye a que la distribución cuente en sus lineales con productos con sellos que garantizan las mejores prácticas en este ámbito.

 Para los productos de porcino, por ejemplo, Alemania tiene una etiqueta que valora las condiciones de las instalaciones donde nacen los lechones, la duración de la lactancia, si los cerdos están castrados y en qué condiciones, la formación del ganadero en materia de bienestar animal, el transporte al matadero, los métodos y el bienestar en estas instalaciones, y en qué medida superan los requisitos mínimos establecidos. Por su parte, Dinamarca desarrolló en 2017 un sistema de puntuación basado en «corazones», de entre uno y tres dependiendo del nivel de bienestar animal durante el proceso de producción porcina. En 2018 las autoridades danesas publicaron un informe que decía que se habían detectado solo cuatro casos de incumplimiento tras inspeccionar 66 granjas. Los requisitos necesarios para conseguir más de un corazón en la etiqueta dependen sobre todo del espacio disponible para los animales y las condiciones de producción (producción en el exterior y un máximo de ocho horas de transporte). 

¿Por qué no existe ningún etiquetado sobre el bienestar animal a nivel europeo?

En primer lugar, porque los indicadores armonizados de riesgo sobre el bienestar animal para la Unión Europea aún están en fase de desarrollo por la Comisión Europea, y en segundo lugar, porque no existe una definición común a nivel europeo sobre lo que significa «bienestar animal» en lo que se refiere a la práctica. El sector ganadero europeo está desarrollando ahora varios debates sobre este tema para poder establecer una definición concluyente teniendo en cuenta todos los factores implicados.

Fuentes:
Eurobarómetro especial 442, diciembre 2015