Sostenibilidad en las granjas de Vacuno de Leche

La sostenibilidad es una cualidad que permite que los sistemas productivos puedan satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las futuras en ninguno de sus ámbitos: económico, social y ambiental (Roch y col., 2022)

La mayoría de los que hablan de sostenibilidad están pensando, fundamentalmente, en la sostenibilidad ambiental de una actividad económica, como lo es la producción ganadera. Pero el concepto, tal y como se ha definido, va mucho más allá.

La continuidad de la ganadería sólo podrá ser posible si se garantiza su sostenibilidad económica. Si la actividad ganadera deja de ser rentable para las personas que viven de ella, se puede provocar su abandono y, con ello, un enorme perjuicio sobre los factores y sociales relacionados. Este desafío de ser económicamente competitivo debe conjugarse, al mismo tiempo, con ser capaz de hacer frente a los restos sociales como son la preocupación por el impacto ambiental y ético de la producción animal.

Por esta razón, cualquier modificación en los sistemas productivos (por ejemplo, cambios y exigencias legislativas) debe tener en cuenta su impacto en dicha sostenibilidad económica para que el rendimiento no se vea afectado.

Sostenibilidad de los sistemas productivos

En la producción de alimentos, la sostenibilidad tiene un elemento diferencial que hemos de considerar. Como sociedad debemos dar respuesta al desafío del incremento de la población mundial a lo largo del último siglo. Tenemos el reto de suministrar alimentos en la cantidad y calidad suficiente para satisfacer las necesidades nutricionales de toda la población. Y, además, hacerlo en un contexto de cambio climático y de limitación de disponibilidad de recursos naturales.

El Acuerdo Verde, como última propuesta de la UE, apuesta por el desarrollo de una economía limpia y circular. Desde esta política se deriva la Estrategia “De la Granja a la Mesa” y la de Biodiversidad o la economía circular. Esta estrategia es un nuevo enfoque integral en la forma en que la UE, en nombre de los propios ciudadanos europeos, valoran la sostenibilidad de los alimentos, de forma que incorporan objetivos, no sólo ambientales, sanitarios y sociales, sino incluso éticos en lo referente al modo en cómo se producen los alimentos. Con esta estrategia de producción de alimentos en la UE, no sólo se deberán ser seguros, abundantes, nutritivos y de alta calidad, sino que deberán ser producidos también de forma sostenible (figura 1). Sin embrago no se dice nada de garantizar la rentabilidad de la producción a agricultores y ganaderos (de hecho, se limita el tamaño máximo de las granjas), ni de la contradicción que supone limitar el uso de fertilizantes y pesticidas con la producción abundante de alimentos.

Figura 1. Estrategia “De la Granja a la Mesa” del Pacto Verde Europeo

El problema es que todo esto cuesta dinero, y mucho. Y el consumidor no parece muy dispuesto a contribuir a este mayor coste. Producimos y consumimos los alimentos que, con toda certeza, son los más seguros del mundo, pero estamos dispuestos a consumir los que proceden de otras latitudes con menos exigencias de todo tipo con tal de pagar menos. Con una huella de carbono mucho mayor (aunque solo sea por el transporte transoceánico) que los producidos aquí, en nuestras granjas.

La ganadería juega un papel fundamental como parte del suministro de alimento y de la conservación del medio rural, además de ser un pilar económico para las familias que se dedican a ella. El futuro del sector se debe apoyar en una mejora de la rentabilidad de las granjas que, a su vez, favorezca el establecimiento y la fijación de población en el entorno rural, asegurando el relevo generacional. El sector ganadero debe ir de la mano de soluciones innovadoras y eficaces para afrontar los retos sociales más próximos como, por ejemplo, son la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y el mantenimiento de la salud y bienestar de los animales. Hablar de sostenibilidad en ganadería es complejo, ya que es un término que se apoya en tres patas: sostenibilidad económica, sostenibilidad ambiental y sostenibilidad social, y lograr una sin las demás no permitirá que las explotaciones sean sostenibles.

Resumen

La ganadería es un elemento indispensable en nuestra sociedad. Aporta productos necesarios para la alimentación de las personas y genera trabajo y riqueza en zonas rurales. Sin embargo, la forma en que se gestione tendrá un impacto sobre su sostenibilidad. Para conseguir una ganadería que perdure en el tiempo y pueda seguir aportando valor a la sociedad, deberá hacer un uso eficiente de los recursos, además de reducir el impacto negativo sobre las personas, otros animales y el ambiente donde viven. Esto se puede conseguir integrando la actividad ganadera en cada ecosistema, colaborando con otras actividades humanas y creando una economía circular que permita seguir generando riqueza en zonas rurales.

El enfoque One Health se erige como una estrategia para alcanzar esta sostenibilidad, promoviendo sistemas de manejo que permitan no solo disminuir las interacciones negativas entre animales, personas y medioambiente, sino que incluso contribuyan a la mejora de cualquiera de estos aspectos.

Los retos técnicos para conseguir este potencial son enormes y queda un largo camino por recorrer. Es necesario apostar por la sostenibilidad, pero sin olvidar que este concepto se sustenta en cuatro patas (económica, ambiental, social y ética), siendo preciso garantizar la primera de ellas para que las restantes puedan tener sentido.

Fuente:

Antonio Callejo Ramos.
Dr. Ingeniero Agrónomo. Dpto. Producción Agraria
E.T.S.I. Agronómica, A. y de B.-U.P.M.
antonio.callejo@upm.es