CARNE CULTIVADA EN LABORATORIO: 53 PELIGROS IDENTIFICADOS POR LA FAO-OMS

Con respecto a los alimentos de hoy, una pregunta clave es: ¿es segura la carne cultivada en laboratorio?
Según un nuevo análisis realizado en profundidad por la FAO y un panel de expertos de la OMS, existen 53 peligros potenciales para la salud.
A medida que crece la producción comercial de alimentos basados en células, existe una creciente urgencia de responder a una de las preguntas más importantes de los consumidores: ¿es seguro comerlos?
Por esta razón, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha publicado el documento, «Aspectos de seguridad alimentaria de los alimentos basados en células».
Compuesto por 134 páginas y basado en una extensa literatura científica, tiene como objetivo compartir el estado actual del conocimiento con las partes interesadas relevantes e informar a los consumidores sobre los aspectos de seguridad alimentaria de los alimentos basados en células.
Durante la consulta a los expertos, se discutieron todos los peligros potenciales en las cuatro etapas de la producción de alimentos basados en células: adquisición de células, crecimiento y producción celular, recolección de células y procesamiento de alimentos.
Los resultados muestran que hay 53 fuentes potenciales de peligros que pueden conducir a problemas y consecuencias negativas para la salud. Estos incluyen contaminación con metales pesados, microplásticos y nanoplásticos, alérgenos como aditivos para mejorar el sabor y la textura de estos productos, contaminantes químicos, componentes tóxicos, antibióticos y priones.
La mayoría de los peligros potenciales para la inocuidad de los alimentos en la producción de alimentos basados en células, como los contaminantes y residuos microbiológicos, no son nuevos.
Existen muchas herramientas de mitigación de riesgos, para proteger la inocuidad de los alimentos, como la buena higiene, la fabricación, el cultivo celular, el análisis de peligros y los puntos críticos de control (HACCP), así como los principios y métodos generales para evaluar la seguridad del producto final como alimento completo.
Los expertos coincidieron en que, si bien muchos peligros ya se conocen y existen en los alimentos producidos convencionalmente, la atención debe centrarse en los materiales, insumos, ingredientes, alérgenos potenciales y equipos específicos que desempeñan un papel particular en la producción de alimentos basados en células.
Debe prestarse especial atención al mecanismo de proliferación celular en los biorreactores, utilizando componentes biológicos como factores de crecimiento y hormonas de suero animal o de origen no animal para desencadenar y acelerar el cultivo celular.
Estas moléculas biológicamente activas podrían interferir con el metabolismo o se han relacionado con el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Por lo tanto, estos productos con efectos potencialmente cancerígenos podrían ser particularmente graves para la salud humana.
En un simposio reciente organizado por el Animal Task Force y la Asociación Belga de Ciencia y Tecnología de la Carne en Bruselas, Peer Ederer de Goal Sciences habló sobre la carne cultivada en laboratorio, destacando que no es la respuesta. A pesar de los miles de millones de dólares invertidos en la agricultura celular, como Paul Wood y otros muestran, la carne cultivada no será un verdadero sustituto de la carne natural.
Dijo que los productos cárnicos a base de células no son idénticos a los que están destinados a reemplazar.
- En primer lugar, todavía hay diferencias significativas en las propiedades sensoriales, nutricionales y de textura, y faltan pasos importantes para mejorar la calidad en la transformación del músculo en carne convencional.
- En segundo lugar, muchas funciones socialesde la ganadería y la producción animal más allá de la nutrición pueden perderse, incluidos los servicios ecosistémicos, los beneficios de los subproductos y las contribuciones a los medios de vida y la importancia cultural.
Además, los métodos de producción detallados no están disponibles, lo que hace imposible confirmar las numerosas características del producto y las declaraciones de sostenibilidad.
Un estudio de la Universidad de Oxford muestra que la producción en biorreactores muy intensivos en energía podría tener peores consecuencias ambientales a largo plazo que la ganadería en términos de emisiones de CO2, que tienen un efecto invernadero menos potente, pero son mucho más persistentes que el metano.
Cálculos recientes también muestran que, si quisiéramos satisfacer la demanda adicional de carne para 2030 exclusivamente con carne cultivada, tendríamos que construir casi 150.000 biorreactores, lo que tendría más del doble de impacto en la producción de este producto artificial (352 millones de toneladas de CO2e) que si el consumo se cubriera con ganado natural (150 millones de toneladas de CO2e).
El documento de la FAO/OMS concluye que la identificación de peligros es sólo el primer paso en el proceso formal de evaluación de riesgos. Para llevar a cabo una evaluación adecuada del riesgo de los alimentos de origen celular, es esencial recopilar suficientes datos científicos o la información necesaria para la evaluación de la exposición y la caracterización del riesgo.
La identificación de peligros realizada por los miembros del Panel Técnico es un primer paso extremadamente importante en la lluvia de ideas sobre todos los posibles problemas de inocuidad de los alimentos que podrían surgir del consumo de alimentos basado en células. Además, los comentarios sobre esta publicación de las comunidades científicas internacionales ayudarán a avanzar en el campo.
Se necesita extrema precaución ya que todavía hay muy poca información y datos insuficientes sobre la seguridad real de la carne cultivada en laboratorio.