¿El cambio a una dieta basada en plantas reduce realmente las emisiones?

La reducción de la ganadería se considera generalmente una estrategia eficaz para reducir las emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero (GEI). Por esta razón, a menudo se aconseja reducir el consumo de proteínas animales para mitigar los GEI, en particular las emisiones de metano de la fermentación entérica del ganado. Estudos anteriores se han centrado principalmente en las emisiones relacionadas con el ganado y la producción de alimentos, pasando por alto las implicaciones para las emisiones del suelo. Por consiguiente, no se ha evaluado a fondo el impacto de los cambios alimentarios en el balance de GEI de los suelos agrícolas.
Esta brecha se ha abordado en un estudio reciente, que revela que el cambio hacia dietas más vegetales puede no dar lugar automáticamente a reducciones netas de las emisiones agrícolas. Por el contrario, la reducción de la producción ganadera podría tener consecuencias no deseadas, como afectar negativamente al almacenamiento de carbono orgánico (SOC) del suelo y aumentar potencialmente las emisiones de óxido nitroso (N2O).
Dinamarca como caso de estudio
Este estudio, publicado en Agricultural Systems, la revista Elsevier, por el Joint Research Centre (JRC), examina el caso de Dinamarca, que redujo su población bovina para reducir las emisiones globales del ganado. El estudio evalúa el impacto de pasar a dietas más saludables, como la recomendada por la Comisión EAT-Lancet, sobre el equilibrio de gases de efecto invernadero de los suelos agrícolas, utilizando Dinamarca como caso de estudio. La dieta EAT-Lancet fomenta un mayor consumo de verduras, frutas, granos enteros, legumbres y frutos secos, a la vez que aboga por el consumo moderado de pescado y aves de corral y una reducción significativa de la carne roja y los alimentos procesados.
Sorprendentemente, el estudio reveló que reducir el número de ganado bovino, que está en línea con las directrices nutricionales de la dieta EAT-Lancet, podría tener impactos negativos significativos en las emisiones de gases de efecto invernadero. Los investigadores llevaron a cabo una evaluación exhaustiva del efecto de la dieta EAT-Lancet en el saldo neto de GEI de los suelos agrícolas a nivel nacional, utilizando un marco de modelización avanzado basado en procesos con un enfoque dual.
En primer lugar, aplicaron el modelo de equilibrio económico MAGNET para cuantificar los cambios impulsados por la demanda en el consumo de alimentos y el uso de la tierra en toda la Unión Europea tras la adopción de la dieta EAT-Lancet. A continuación, utilizaron el modelo biogeoquímico basado en procesos de DayCent para evaluar cómo estos cambios afectarían el equilibrio de GEI de los suelos agrícolas en Dinamarca.
Menos ganado, más emisiones
Los hallazgos indican que, en comparación con las dietas habituales, la adopción completa de la dieta de referencia EAT-Lancet conduciría a pérdidas significativas de carbono, hasta 480 Gg de CO2e al año, y un aumento del 2,1% en las emisiones de N 2 O, que ascienden a 50 Gg de CO2e al año, de 2030 a 2100 en suelos agrícolas. La principal causa de este resultado es la menor disponibilidad de estiércol animal como fertilizante natural, lo que disminuye la producción de material orgánico que de otro modo podría almacenarse parcialmente en el suelo. El cambio de los pastizales permanentes a la tierra cultivada también contribuyó a las emisiones.
El aumento de la aplicación de fertilizantes minerales, necesario para compensar la reducción del uso del estiércol y la conversión de pastizales en tierras de cultivo, afectó negativamente al almacenamiento de carbono orgánico del suelo (SOC) y amplificaron las emisiones de óxido nitroso, un potente GEI, especialmente durante los primeros años de transición. Las pérdidas SOC fueron particularmente significativas en suelos arenosos, que tienen una menor capacidad de almacenamiento de carbono.
Como resultado, el saldo neto de GEI de los suelos agrícolas empeoró, mostrando mayores emisiones en comparación con el escenario de costumbre. Se estimó que la contribución negativa de los suelos a las emisiones suponía un aumento del 18% de las emisiones netas de GEI en el marco de la hipótesis de plena adopción.
La importancia de contabilizar plenamente las emisiones de GEI del suelo
Estos hallazgos ponen de relieve la importancia de contabilizar plenamente las emisiones de GEI del suelo, ya que compensan algunos beneficios de la adopción de una dieta basada en plantas. Si bien la reducción del número de animales puede ser una estrategia limitada para reducir las emisiones globales de ganado, estos efectos secundarios podrían alterar parcialmente el panorama general y deberían incorporarse a los modelos existentes.
La reducción del consumo de productos a base de animales tiene efectos negativos no deseados en los suelos y puede dar lugar a un aumento de las emisiones de GEI de los suelos agrícolas. Estos efectos varían en función de las condiciones del suelo y del clima y deben tenerse en cuenta cuidadosamente en las estrategias de reducción de las emisiones.
Las políticas para reducir el consumo de productos animales en algunos países deben considerar el aumento potencial de la demanda en otros países para satisfacer la demanda mundial. Esto implica que la disminución de la producción ganadera en un país podría compensarse con incrementos de las emisiones de en otro, lo que daría lugar a mayores emisiones netas de GEI en todo el mundo.
Por lo tanto, los estudios futuros deben abarcar todas las emisiones de GEI del sistema alimentario con un enfoque más integrado, teniendo en cuenta las interacciones entre la dieta, el uso de la tierra, los fertilizantes y las prácticas agrícolas. Las estrategias específicas, como la mejora de la gestión de fertilizantes y el secuestro de carbono, podrían ayudar a mitigar los efectos negativos de las emisiones del suelo. La ganadería puede desempeñar un papel clave en estas prácticas, como la incorporación de estiércol animal, agrosilvicultura y pastoreo rotatorio, contribuyendo positivamente a la lucha contra el cambio climático.
Fuente: Does shifting to plant-based diets really reduce emissions? | European Livestock Voice