Hacer una valoración de todos los aspectos sociales, medioambientales y económicos relacionados con el abandono del modelo europeo de ganadería es una tarea muy compleja, incluso para los científicos dedicados a la ganadería. Por otro lado, es muy difícil poder predecir los numerosos efectos secundarios que pudieran resultar del abandono de este sector. No obstante, podemos hablar claramente de cinco consecuencias seguras:

Europa perderá a un defensor de la bioeconomía circular

En una bioeconomía circular global, la ganadería desempeña muchas funciones importantes que desaparecerían en un mundo sin producción ganadera. Al poner en valor los subproductos de la cadena alimentaria, la ganadería contribuye a una agricultura más eficiente, al igual que a una sociedad creativa y rica en cultura. El reciclaje de biomasa de recursos tales como la hierba, la paja y el salvado que son incomestibles para las personas es un proceso importante. Si estos residuos y subproductos no son consumidos por el ganado, podrían convertirse en una carga medioambiental, en tanto que aumenta la demanda humana por alimentos procesados.  El reciclado de las pieles de los animales para producir cuero también aporta a nuestras sociedades un material bonito y duradero con propiedades únicas, y que vale para la producción de calzado, ropa, muebles, asientos para coches, instrumentos musicales, encuadernación de libros y muchos más bienes de consumo que han creado y mantienen el valor cultural de muchos países europeos. De hecho, el cuero es probablemente el primer producto de la economía circular de la historia.

La ganadería también regula los ciclos ecológicos, cierra el ciclo de nutrientes y mejora la fertilidad del suelo y el secuestro de carbono al reciclar y utilizar el estiércol como biorrecurso y al emplear los pastizales no aptos para sembrar. En zonas mixtas de cultivo y ganadería, las rotaciones de pastizales también sirven para interrumpir el ciclo de plagas en los cultivos, con lo que los agricultores pueden emplear menos pesticidas. En un mundo sin ganadería, una mayor demanda de una producción basada en el cultivo de vegetales llevaría a una intensificación en el uso de las tierras de cultivo, un aumento de los terrenos de cultivo necesarios para la producción de alimentos, la pérdida de la biodiversidad y el abandono de tierras que no son aptas ni para cultivos ni para la producción de proteínas, como las regiones montañosas, por ejemplo. (Ver también: Resource Efficiency Champions: Co-Products, an Essential Part of Animal Nutrition)

La Europa rural desaparecerá 

Hoy en día la ganadería es un componente clave de la Europa rural. El ganado está presente en casi todas las regiones de Europa en una amplia variedad de sistemas de producción, de acuerdo con los contextos locales económicos, geográficos y sociológicos. El sector de la ganadería contribuye de forma importante a la economía europea (168.000 millones de euros anualmente, un 45% de la actividad agrícola total) y a la balanza comercial, y crea empleo para cerca de 30 millones de personas. Sin ganadería, el éxodo rural se incrementará, creando mayor presión en nuestras ciudades y una mayor desconexión con la naturaleza y con nuestro patrimonio cultural.  Los terrenos abandonados también generarían un mayor riesgo de incendios forestales en un contexto de calentamiento global

La utilización y el precio de fertilizantes sintéticos aumentará

El sector de la ganadería no solo produce alimentos, sino también una amplia variedad de subproductos, empezando por el estiércol y otros subproductos. Hoy en día el 40% de la tierra cultivada en todo el mundo utiliza abonos orgánicos que proceden de la producción ganadera. Por tanto, un mundo sin ganadería llevaría a un aumento importante en la utilización de fertilizantes sintéticos, resultando en una mayor dependencia de la importación de fertilizantes por parte de los agricultores europeos, poniendo en peligro nuestra seguridad alimentaria. Actualmente, los abonos ya representan una tercera parte de los gastos de los agricultores, y en un futuro en el que el precio de los fertilizantes puede aumentar, la producción de cultivos ya no reportará beneficios sin un aumento global de los precios.     

Los abonos son solo un ejemplo simbólico común a todos los animales de granja. Otros muchos subproductos menos conocidos, como productos cosméticos o bioenergía procedentes del sector de la ganadería serán difíciles de reemplazar sin un alto coste medioambiental, económico y social.

Desaparecerá una parte del patrimonio gastronómico europeo 

El alejamiento total de la producción ganadera crearía muchas dificultades para cubrir todos los requisitos nutricionales de la población. Sin carne, queso, huevos y pescado en nuestra dieta, la población de la UE no podría cubrir la ingesta recomendada de varios nutrientes esenciales procedentes de los alimentos. Una dieta basada únicamente en alimentos de origen vegetal requeriría que ingiriéramos más comida y más calorías diarias para cumplir con los requisitos nutricionales, ya que los alimentos de origen vegetal no tienen la densidad nutricional que tienen los alimentos de origen animal.

Eliminar el ganado supondría un aumento del déficit de calcio, vitaminas A y B12 y algunos ácidos grasos esenciales (del pescado). Estos últimos son importantes, ya que ayudan a reducir las enfermedades cardiovasculares y mejoran la función cognitiva y la vista infantiles. Los alimentos de origen animal son la única fuente disponible de algunos ácidos grasos y vitamina B12, sin acudir a suplementos. 

Ante este escenario, las alternativas a la carne producidas por un número concentrado de empresas, y la producción de la vitamina B12 por la industria farmacéutica reemplazarían a los ganaderos y a la industria ganadera en zonas rurales.

No habrá una disminución significativa en la huella de carbono de nuestras comidas 

Desde la perspectiva del cambio climático, un mundo sin ganadería probablemente no sería como algunos imaginan. Sin rumiantes, sería extremadamente difícil mantener los pastizales, campiñas y praderas. Los bosques ganarían terreno y serían más susceptibles de incendiarse en el caso de temperaturas extremas. Un estudio estadounidense sobre este aspecto realizado por los investigadores Mary Beth Hall y Robin R. White, consideró que la eliminación total del ganado en Estados Unidos supondría un descenso de tan solo el 2,6 por ciento del total de emisiones del país, si consideramos la consecuencia secundaria más importante del abandono de la ganadería. Si comparamos la diversidad y la diferencia entre los modelos de producción agrícola en Europa y Estados Unidos, nos lleva a pensar que los beneficios serían incluso menores en Europa. Además, existen pocos estudios sobre la huella de carbono de las alternativas de carne sintética, que pueden no ser tan beneficiosos como se creía en un principio.

En una declaración de 2017 del Animal Task Force, Jean-Louis Peyraud, un investigador del INRA, dijo: «Un mundo sin ganadería no es más que una utopía a corto, medio y largo plazo. Ya es hora de que volvamos a una postura más realista basada en hechos. Suprimir la producción ganadera sería un disparate para la humanidad. Pero no quiere decir que no necesitemos mejorar nuestra forma de criar a los animales, de respetarlos, de ofrecerles una vida digna y de asegurarnos de que el sacrificio se realice sin dolor y sin estrés. Debemos seguir investigando e innovando para poder reducir los efectos negativos de la cría del ganado y mejorar los beneficios que proporciona a nuestras sociedades». 

Fuentes:
https://www.pnas.org/content/114/48/E10301.full
https://www.futura-sciences.com/planete/actualites/rechauffement-climatique-viande-in-vitro-encore-pire-planete-vraie-75120/
http://pr.euractiv.com/pr/world-without-livestock-farming-makes-no-sense-humanitarian-economic-ecological-and-agronomic