Si tomamos como ejemplo las celdas de gestación y parto de las cerdas, nos pueden parecer incómodas, pero en realidad están diseñadas para proteger a los lechones. La reclusión temporal en estas jaulas evita que la cerda se tumbe encima de los lechones sin querer, lo que podría ocurrir en otras condiciones, causando la muerte de las crías.
El debate sobre el uso de jaulas, el libre movimiento y el derecho de los animales de vivir sus vidas seguirá enfocado muy probablemente en los valores y puntos de vista personales de cada uno. Estos valores son legítimos, pero no son objetivos en lo que respecta a la definición del bienestar animal basado en conocimientos científicos específicos para la especie y para el sistema de cría.
La cuestión de reclusión está contemplada por ciertas normas europeas específicas para cada especie. Una directiva de la UE de 2007 también establece unas disposiciones mínimas para la protección de los pollos destinados a la producción de carne. El propósito es reducir la superpoblación de pollos al establecer una densidad máxima, y asegurar un mejor bienestar animal a través de requisitos tales como la iluminación, la cama, el pienso o la ventilación. Encontramos otro ejemplo en el sector europeo de aves acuáticas, que ha reemplazado todos los equipos para dar respuesta a la Recomendación del 22 de junio de 1999 del Consejo. Todas las jaulas individuales han sido reemplazadas por alojamientos colectivos que permiten que los patos y gansos puedan estar de pie con una postura normal, dar la vuelta libremente, aletear y comer y beber cómodamente. Este sistema de estabulación cumple con los requisitos de bienestar animal, las normativas sanitarias y la ergonómica del trabajo del criador, a la vez que mantiene la excelencia en la producción.
Directiva 2007/43/CE del Consejo de 28 de junio de 2007