Entonces, ¿qué significa «intensivo» en el contexto de la agricultura y la ganadería? 

Se habla de la «agricultura y ganadería intensivas» en los debates públicos sobre ciertos métodos de prácticas agrícolas. A menudo se usa el término para referirse a granjas con un elevado número de animales y que emplean métodos para maximizar la producción y minimizar los costes. También se utiliza el concepto para señalarla como el mayor responsable del impacto ambiental provocado por la producción ganadera y de las pérdidas de biodiversidad. Sin embargo, si recurrimos al debate científico, el concepto de la intensificación no está tan claro. Por ello, antes de ponerse a debatir sobre la intensificación de la ganadería, es preciso entender el verdadero significado del concepto. 

El término puede abarcar varios conceptos: desde el uso intensivo de la tierra, hasta el uso intensivo de insumos químicos, uso de mano de obra, tecnología, piensos, recursos hídricos, entre muchos otros.

Todos estos factores tienen impactos diversos sobre el medio ambiente, la biodiversidad y el marco social. En este sentido, los sistemas hidropónicos o los cultivos urbanos que gozan de buena aceptación en los medios generalistas no son más que ejemplos avanzados de modelos de agricultura intensiva. En el otro lado de la moneda, los modelos agrícolas tradicionales también emplean conceptos como «intensificación sostenible o ecológica» con alta intensidad ecológica, en un intento de utilizar los procesos naturales y servicios del ecosistema de manera eficaz.

Los méritos y retos de los distintos modelos agrícolas, incluyendo las prácticas que se clasifican como intensivas, son en realidad muy complejos, y en el caso de Europa, más diversos. 

La «intensificación de la ganadería» no es una tendencia sistemática dentro de la producción ganadera en Europa

Si consideramos las bases de lo que se puede clasificar como «intensificación», por ejemplo, un aumento de la intensidad de insumos utilizados en la explotación (incluyendo abonos, pesticidas y piensos adquiridos), ¿podemos observar una clara tendencia hacia la intensificación de la ganadería en Europa? 

Veamos las estadísticas…

Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea, desarrolló una metodología, que podría proporcionar una respuesta inicial a esta cuestión. Se utilizó como aproximación al concepto de la intensificación agrícola la intensidad de insumos en la explotación, definiéndose como la cantidad de insumos utilizados en una explotación por unidad de factor productivo (en general, suelo). Entre 2004-2013, la proporción del área agrícola gestionada por las granjas de alta intensidad se mantenía estable dentro de la UE-28, con la excepción de las granjas ganaderas mixtas (pastoreo y granívoros), que aumentaron en un 8%.

En la UE-28, la porción de suelo agrícola gestionada por las granjas de intensidad media para explotaciones de granívoros descendió en un 4%, mientras que la parte de ganadería mixta fluctuaba alrededor del 25%. Para el ganado de pastoreo, se registró un descenso constante del 5%. 

En la UE-28, la porción del suelo agrícola gestionado por las granjas de baja intensidad aumentó en el caso de granjas de granívoros, y descendió en un 3%-4% en el caso de granjas de ganadería mixta. La porción de ganado de pastoreo aumentó, mostrando una tendencia hacia la extensificación.

Fuentes: